A veces, nuestros días están repletos
de obligaciones que no dejan tiempo para escuchar a Dios y responderle. Pero,
independientemente de donde estemos, cualquier instante dedicado a
construir nuestro «altar» espiritual al Señor, como hizo Abram (Génesis 12:8),
da paso a su poder transformador. Si te resulta difícil establecer un tiempo
para estar con Dios, puedes empezar con solo cinco minutos y ver qué sucede. El
Señor anhela encontrarse con nosotros y mostrar su poder en nuestra vida.
Habla con Dios. Él desea escuchar tu corazón. (RBC)