En Singapur, debido a que algunos hijos adultos
no cumplen con sus responsabilidades, algunos padres ancianos se han visto
forzados a solicitar ayuda financiera de organizaciones de beneficencia y de otras
dependencias estatales. Refiriéndose a esta creciente situación, un funcionario
gubernamental dijo: «No podemos legislar el amor».
Sin embargo, en la Biblia, el amor es un
mandato. Eso fue lo que le dijo Moisés a la nación de Israel: «yo te mando hoy
que ames a Jehová tu Dios, que andes en sus caminos» (Deuteronomio 30:16). Y
Jesús dijo que el mayor mandamientos es: «Y amarás al Señor tu Dios con todo tu
corazón» (Marcos 12:30).
¿Cómo puede Dios ordenar amar? Su suprema
muestra de amor en el calvario le dio derecho a hacerlo. Juan, el discípulo
amado de Jesús, escribió: «En esto hemos conocido el amor, en que él puso su
vida por nosotros […]. Y este es su mandamiento: Que creamos en el nombre de su
Hijo Jesucristo, y nos amemos unos a otros, como nos lo ha mandado» (1 Juan
3:16,23).
¿Qué oportunidades tienes de obedecer el
mandato de Dios de amar? ¿Honrando a tus padres y proveyendo para sus
necesidades? ¿Ayudando a un amigo enfermo? ¿Expresándole palabras bondadosas y
amables a alguien difícil de amar?
Señor, por haber entregado tu vida por nosotros, ayúdanos a mostrar amor a los demás.
Demostramos nuestro amor a Dios cuando nos amamos unos a otros. (RBC)