Addie estaba un poco preocupada. Un domingo,
antes de estar todos sentados a la mesa para almorzar, alguien había empezado a
comer. Le preocupaba que nos olvidáramos de dar gracias.
Su preocupación era una buena señal, ya que
demostraba que, a su corta edad, comenzaba a establecer uno de esos buenos
hábitos que los padres les enseñan a los hijos como parte de sus instrucciones
para la vida. Por ejemplo, esta pequeña rutina la ayuda a ver la importancia de
la oración y de la gratitud, las cuales pueden ser un recurso poderoso para
ella en los años que tiene por delante.
No es fácil criar a los hijos en una era hostil
a la fe cristiana. Los padres se preguntan cuál es la mejor manera de ayudar a
sus hijos a confiar en el Salvador y a vivir una vida agradable para Él.
Proverbios indica que una clave para orientar a los hijos es mediante la
instrucción diligente de los padres (1:8) sobre temas tales como prestar
atención a la sabiduría (2:2), buscar discernimiento (2:3), entender qué
significa temer al Señor (2:5), recordar la enseñanza de sus progenitores (3:1)
y lograr cordura (4:1). Estas cosas se convierten en hábitos cuando los padres
instruyen y los hijos retienen esas enseñanzas (4:1-4).
¿Tienes hijos o nietos? Nunca son demasiado pequeños para empezar a enseñarles cómo vivir una vida sabia.