Howard Sugden, cuando estaba en la universidad, predicó
muchos sermones inolvidables. Después de todos estos años, el mensaje titulado
«Mas Dios…» todavía hace que me detenga a pensar cuando leo esas palabras en la
Biblia. A continuación, aparecen algunos ejemplos de versículos que me animan
haciéndome recordar la intervención justa de Dios en los asuntos humanos:
«Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios
lo encaminó a bien, […] para mantener en vida a mucho pueblo» (Génesis 50:20).
«Sus cuerpos se pudrirán en el sepulcro, […].
Pero Dios me rescatará de las garras del sepulcro y con él me llevará» (Salmo
49:14-15 nvi).
«Mi carne y mi corazón pueden desfallecer,
pero Dios es la fortaleza de mi corazón y mi porción para siempre» (Salmo 73:26
lbla).
«Ciertamente, apenas morirá alguno por un
justo; con todo, pudiera ser que alguno osara morir por el bueno. Mas Dios
muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió
por nosotros» (Romanos 5:7-8).
«… Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, […] son
las que Dios ha preparado para los que le aman. Pero Dios nos las reveló a
nosotros por el Espíritu…» (1 Corintios 2:9-10).
Cuando te sientas desanimado, busca algunos
versículos que digan «mas Dios…» y reconfórtate al saber que Él participa en la
vida de aquellos que lo aman.
La participación de
Dios en nuestra vida debe darnos certeza de que nos ama. (RBC)