Si
tiendes a desesperar por las oportunidades perdidas o si te preocupa el futuro,
pregúntate esto: «¿Qué tengo delante de mí?». En otras palabras, ¿de qué
circunstancias o relaciones interpersonales dispones en este momento? Esta pregunta
puede quitar tu mente del pasado o de un futuro atemorizante y enfocarla en lo
que Dios puede hacer en tu vida.
Se
asemeja a lo que Dios le preguntó a Moisés en la zarza ardiente. Este hombre
estaba preocupado, y al ser consciente de su propia debilidad, expresó su temor
en cuanto al llamado del Señor para que liberara al pueblo de Israel de la
esclavitud. Entonces, el Señor simplemente le preguntó: «¿Qué es eso que tienes
en tu mano?» (Éxodo 4:2). Dios hizo que Moisés dejara de preocuparse particularmente
por el futuro y le sugirió que observara lo que tenía justo delante de él: la
vara de un pastor. El Señor le mostró que podría usar esa simple caña para
realizar milagros, como una señal para las personas incrédulas. A medida que
crecía la confianza de Moisés en Dios, así también aumentaba la magnitud de las
maravillas que el Señor hacía por medio de Su siervo.
¿Piensas demasiado en los fracasos del pasado? Recuerda la pregunta del Señor: «¿Qué es eso que tienes en tu mano?». ¿Qué circunstancias y vínculos presentes puede Él utilizar para tu beneficio y para Su gloria? Coloca estas cosas —y tu vida— en manos de Dios.