Muchos dicen: «¿Quién nos mostrará el bien?»
(Salmo 4:6). Estas palabras de David parecen describir la perspectiva pesimista
que tan fácilmente desarrollamos en nuestro mundo actual. La primera página de
los periódicos y las historias más importantes en Internet o en la televisión
se centran en delitos, accidentes, política, economía y la mala conducta de personas
destacadas. Nuestras conversaciones en el trabajo y en casa empiezan a
enfocarse en los problemas, y todo se suma para desanimar a cualquiera. ¿Adónde
podemos recurrir para tener mejores noticias?
En medio de sus dificultades, David acudió al
Señor, quien alivió su angustia (v. 1) y oyó su oración (v. 3). En lugar de
esperar un cambio beneficioso y temporal de las circunstancias, encontró un
estímulo permanente en Dios. «Alza sobre nosotros, oh Señor, la luz de tu
rostro» (v. 6). El resultado fue una alegría de corazón que superaba toda
prosperidad o éxito terrenal (v. 7).
Durante toda su vida, tanto antes como después
de convertirse en rey de Israel, David experimentó oposición. Pero al final del
día, podía decir: «En paz me acostaré, y asimismo dormiré; porque solo tú,
Señor, me haces vivir confiado» (v. 8).
Reflexionar en las verdades del Salmo 4 sobre el cuidado de Dios para con nosotros es una buena manera de empezar y terminar cada día.