Una colega me contó sobre el placer que le
produce servir en la traducción de los recursos bíblicos. Dijo que se sentía
profundamente bendecida porque es la primera que tiene la oportunidad de
recibir ayuda de la enseñanza de la Palabra de Dios que ofrecen dichos materiales.
Señala que, mientras trabaja con ellos, experimenta esto: «Siempre hay algo que
se aplica directamente a la necesidad que estoy enfrentando». Precisamente,
cuando necesita que el Señor la anime, recibe una importante ayuda de la
Biblia.
Mientras ella hablaba, pensé en la fidelidad
con que Dios se ocupa de nosotros de diversas maneras. En las diferentes etapas
de la vida, enfrentamos toda clase de desafíos, pero no lo hacemos solos. Tal
como dijo Cristo: «… vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes
que vosotros le pidáis» (Mateo 6:8).
En los momentos de necesidad, ya sea
espiritual, emocional o física, podemos depender del fiel cuidado e interés de
nuestro Padre. Él nos conoce tan bien que decide cuál es el momento perfecto
para darnos lo mejor y para confirmarnos su protección. «… ni [un pajarillo]
está olvidado delante de Dios. Pues aun los cabellos de vuestra cabeza están
todos contados. No temáis, pues; más valéis vosotros que muchos pajarillos»
(Lucas 12:6-7).
Podemos confiar en la sabiduría de su amor.