El destacado educador y escritor Tony Wagner
cree firmemente en la «innovación disruptiva», que cambia la manera de pensar y
trabajar en el mundo. En su libro Crear innovadores, afirma: «La innovación
tiene lugar en todos los aspectos de la iniciativa humana» y «con oportunidades
y un entorno apropiados, la mayoría de las personas puede tornarse más creativa
e innovadora».
Pablo fue un innovador del siglo i, que
viajaba por toda Asia Menor diciéndoles a las personas cómo podían ser
transformadas por la fe en Jesucristo. A los cristianos de Roma, les escribió:
«No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien dejen que
Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar»
(Romanos 12:2 ntv). Los exhortó a consagrarse completamente a Dios (v. 1). En
un mundo egoísta, codicioso y avaro, el apóstol les enseñaba y los entrenaba
para que vivieran una vida generosa y centrada en Cristo.
El mundo ha cambiado considerablemente desde
la época de Pablo, pero el anhelo de amor y perdón que la gente siente y el
poder para cambiar siguen igual. Jesús, el gran Innovador, ofrece todas estas
cosas y nos invita a experimentar una vida nueva y diferente en Él.
Dios nos toma como
somos, pero nunca nos deja igual. (RBC)