En 2008, el periódico Los Angeles Times
cubrió la final de un campeonato de fútbol entre dos escuelas cristianas, pero
las noticias fueron más allá de quién ganó el encuentro. Tres días antes, un
incendio había arrasado las instalaciones del Westmont College y destruido
varios edificios académicos, residencias de profesores y habitaciones de
estudiantes. Al no poder ser sede del evento, las reglas exigían que perdiera
el juego. En cambio, la universidad Azuza Pacific invitó a sus contrincantes a
jugar en sus instalaciones, donde recibió a la hinchada de Westmont con
entradas gratuitas y un almuerzo.
En el campo de juego, Westmont obtuvo
una emotiva victoria de 2 a 0, mientras que Azuza Pacific se ganó la admiración
por su buena voluntad. Bill Plaschke, reportero de LA Times, escribió: «En el
sur de California, raras veces se ha visto una mejor demostración de buen
espíritu deportivo que en esta ocasión. Azuza Pacific sacrificó su posibilidad
de defender el título para darle a Westmont una buena chance de ganarlo. Tan
impresionante como la resistencia de los vencedores fue la bondad de los
vencidos».
A menudo, cuando la Biblia nos insta a
dar de buena gana y con generosidad, «porque Dios ama al dador alegre» (2
Corintios 9:7), pensamos sólo en el dinero. Dar a los demás una oportunidad y
brindar hospitalidad a los angustiados es una forma de generosidad que
convierte en ganadores a todos los que lo practican.