En los meses previos a la primavera,
muchos centros de salud y gimnasios esperan que mucha gente se inscriba y que
solo vaya pocas veces. No les importa si pagan la cuota y jamás vuelven. Pero
el preparador físico Jesse Jones tiene un enfoque totalmente diferente. Si te
inscribes y no apareces, da de baja tu afiliación. Dice: «Ahórrate el dinero.
Ven a verme dentro de unos meses, cuando te tomes las cosas en serio. Mi pasión
no es cobrar otros tres meses; […] queremos que la gente asuma la
responsabilidad de alcanzar las metas».
En Lucas 9:57-62, encontramos tres
personas que le dijeron a Jesús que querían seguirlo, y todas recibieron lo
que, al parecer, fueron respuestas ásperas del Señor: «… el Hijo del Hombre no
tiene dónde recostar la cabeza» (v. 58). «Deja que los muertos entierren a sus
muertos» (v. 60). «Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás,
es apto para el reino de Dios» (v. 62). En cada caso, Jesús declaró el
sacrificio y el compromiso requeridos para convertirse en sus discípulos.
Un hombre que admiro por ser un
consagrado y sensible seguidor de Cristo dice que los creyentes deben estar
«preparados para un compromiso y un cambio radicales». El Señor no solo nos
llama a ponernos en acción, sino también a tomar en serio el llamado y seguir
sus pasos.
Seguir a Dios demanda todo de nuestra parte. (RBC)