Todos los años, me gusta escuchar la emisión
radial en vivo de la BBC de la reunión de Nochebuena que se realiza en King’s
College Chapel, en Cambridge, Inglaterra. Este festival de nueve lecciones y
villancicos combina lecturas bíblicas, oraciones y música coral en un
conmovedor culto de adoración. Un año, me impactó cuando el conductor describió
que la congregación salía de la magnífica capilla, «dejando este momento de
gracia y volviendo al mundo real».
¿No ocurrió lo mismo en la primera Navidad? Los
pastores oyeron a un ángel que anunció el nacimiento del Salvador, Cristo el
Señor (Lucas 2:11), seguido de «una multitud de las huestes celestiales, que
alababan a Dios» (vv. 13-14). Después de encontrar a María, a José y al bebé en
Belén, los pastores no pudieron evitar contarles a otros sobre aquel Niño (v.
17). «Y volvieron los pastores glorificando y alabando a Dios por todas las
cosas que habían oído y visto, como se les había dicho» (v. 20).
El «momento de gracia» que experimentaron los
había transformado. Cuando regresaron al mundo real, llevaron la buena noticia
de Jesús y la proclamaron de todo corazón.
Llevemos nosotros también la gracia de Dios al mundo real en esta Navidad y cada día del nuevo año.