Me resulta fascinante pensar en la fuerza de
atracción de la luna sobre nuestros grandes océanos, lo cual genera las mareas
altas y bajas. Cuando estas mareas cambian, hay un breve período llamado «estoa
de marea», en que el agua no sube ni baja. Según los científicos, en ese
momento, el agua está «calma»; una pausa de quietud antes de que vuelva a
producirse el avance repentino del flujo de agua.
A veces, nuestra agenda cargada de actividades
puede hacernos sentir como si las responsabilidades disputaran entre sí y nos
tironearan hacia todos lados. Al considerar el ministerio de Jesús, vemos que
Él comprendió la intensidad de las demandas impuestas sobre sus seguidores y la
necesidad que estos tenían de descansar. Después de volver de un ministerio
itinerante en equipos de dos, los Doce informaron sobre las maravillas que Dios
había hecho a través de ellos (Marcos 6:7-13, 30). Pero Jesús respondió: «Venid
vosotros aparte a un lugar desierto, y descansad un poco. Porque eran
muchos los que iban y venían, de manera que ni aun tenían tiempo para comer. Y
se fueron solos en una barca a un lugar desierto» (vv. 31-32).
¿Qué responsabilidades están presionándote hoy? Sin duda, es apropiado planificar un tiempo de descanso y relajación para renovar tu cuerpo y alma, para poder servir de manera más fructífera a los demás. Jesús lo aconsejó, y todos lo necesitamos. Allí te encontrarás con Él.