Confieso que, a veces, leo el final de un libro
antes que el principio. Esto me permite saber qué personajes viven y cuáles no.
Cuando sé cómo va a terminar, puedo relajarme, y apreciar y disfrutar
plenamente de la historia y sus participantes.
Del mismo modo, leer el último libro de la
Biblia, Apocalipsis, puede ser alentador y reconfortante para los seguidores de
Cristo. Una y otra vez, se insta a los creyentes a ser vencedores (1 Juan 4:4;
5:4; Apocalipsis 2:7, 11, 17, 26; 3:5, 12, 21). Podemos ser vencedores ahora y
lo seremos por la eternidad.
Cuando el apóstol Juan habla sobre la
manifestación de un cielo y una tierra nuevos (Apocalipsis 21:1), describe cómo
será la victoria final para aquellos que han recibido a Jesucristo como
Salvador. En ese momento, se terminarán la muerte, las lágrimas, la tristeza y
el dolor (v. 4). El Señor declara: «El que venciere heredará todas las cosas, y
yo seré su Dios, y él será mi hijo» (v. 7). Él morará con nosotros (v. 3) y
hará «nuevas todas las cosas» (v. 5).
Cuando parezca que las pruebas presentes van a desanimarte más allá de lo que puedas soportar, ¡deja que el Señor te muestre el final de la historia, cuando estarás en su presencia para siempre!