En medio de la celebración, hubo una
tragedia. Era la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Verano de
1992, en Barcelona. Uno por uno, los equipos entraban en el estadio y
desfilaban por la pista ante la ovación de 65.000 personas. Pero en una parte
de la tribuna se produjo tensión y tristeza cuando Peter Karnaugh, el padre del
nadador estadounidense Ron Karnaugh, murió de un paro cardíaco.
Cinco días después, Ron asistió a la carrera
llevando puesto el gorro de su papá, el cual colocó cuidadosamente a un costado
antes de que comenzara la competición. ¿Por qué el gorro? Fue el tributo del
nadador a su padre, a quien describió como: «mi mejor amigo». Ese era el gorro
que su papá usaba cuando iban a pescar o hacían otras cosas juntos. Que Ron lo
llevara fue su manera de honrar a su padre por estar al lado de él, por
animarlo y guiarlo. Cuando el joven se lanzó al agua, lo hizo sin la presencia
de su padre, pero inspirado en su recuerdo.
En este Día del Padre, podemos honrarlos de
muchas maneras, como las Escrituras nos mandan hacerlo (Efesios 6:2). Una de
ellas, aunque quizá ya no estén con nosotros, es mostrar respeto hacia los
buenos principios que nos enseñaron.
¿Qué puedes hacer hoy por tu padre para
expresarle la clase de honra de la que habla la Biblia?
Los mejores padres no
solo nos dan vida, sino que nos enseñan cómo vivirla. (RBC)