Cuando los horrores de la guerra
asolaron a los habitantes de Nanjing, en China, ni las mujeres se salvaron de
la creciente violencia, y muchas fueron atacadas y asesinadas. En este entorno
amenazador, Minnie Vautrin tomó medidas heroicas para impedir que las mujeres
chinas fueran heridas. Mientras servía como misionera y maestra en Ginling College,
en Nanjing, Minnie colaboró con el pueblo chino, misioneros, cirujanos y
empresarios, y convirtió la escuela en una «zona protegida», un lugar de
refugio para miles de mujeres y niñas.
En la Biblia, descubrimos que Rut y su
suegra Noemí también tuvieron necesidad de recibir protección. Por ser viudas,
para sobrevivir, tenían que recoger lo que pudieran de los campos cosechados.
Como era costumbre en aquella época, Rut buscó un «pariente redentor». Este
hombre era un familiar cercano de su esposo muerto, que se casaría con ella
para continuar la descendencia. Booz reunía precisamente esas condiciones. Este
hombre se sintió impactado por el sacrificio que hizo Rut para cuidar a Noemí y
su deseo de refugiarse en el Señor (Rut 2:12). Booz obró de manera honrosa para
«redimir» a Rut y convertirla en su esposa. Después, proveyó para ella y para
Noemí todo lo que necesitaban.
Nuestro refugio definitivo está en el
Señor (Salmo 46:1). Aun así, Él desea utilizarnos como instrumentos para
brindarles a otras personas una «zona protegida».