Es una casa bastante sencilla junto a
una carretera muy transitada. Al carecer de rasgos distintivos, es fácil no
prestarle atención. Pero el otro día, cuando pasé por allí, vi un cartel en
el jardín: «Se vende», al cual estaba pegado otro aviso más pequeño que
anunciaba con agrado: «Es bellísima por dentro». Aunque no tengo interés en
comprar otra casa, el cartel me llamó la atención. ¿Qué podría convertir esta
casa supuestamente intrascendente en bellísima por dentro?
También me llevó a preguntarme: ¿Podría
ese cartel aplicarse a nosotros como seguidores de Cristo? Piénsalo. Sin
importar cuál sea nuestro aspecto exterior, deberíamos tener una belleza
interior que revele el amor de Dios y su obra en nuestra vida?
¿Qué dice la Biblia sobre la belleza
interior? Podemos empezar con Romanos 7:22: «Porque según el hombre interior,
me deleito en la ley de Dios». Algunos versículos más adelante, en Romanos 8:6,
Pablo habla de una mente controlada por el Espíritu, caracterizada por tener
«vida y paz». En Gálatas, vemos que permitir que el Espíritu controle nuestro
ser interior producirá el «fruto del Espíritu» (5:22), un hermoso racimo de
cualidades, tales como amor, gozo, paz, paciencia y benignidad.
Deleitarnos en las Escrituras y
permitir que el Espíritu obre en nuestro corazón nos hará bellos interiormente…
y dará como resultado una vida que honra a Dios.