¿Qué tienen en común el telescopio espacial Hubble, un zoológico y unos
niños cantando? Según lo que enseña el Salmo 148, la conclusión es que todos ellos
apuntan a la obra magnífica de Dios en la creación.
Suele cuestionarse la idea de que Dios
creó nuestro mundo; por eso, tal vez sea un buen momento para recordar que
debemos unirnos a la creación para alabar a nuestro Padre celestial por la
magnífica obra de sus manos.
El Hubble puede ayudarnos mediante sus
sorprendentes fotos del universo. Cada una muestra estrellas que centran su
atención en la majestuosa creación divina. «…Alabadle, vosotras todas,
lucientes estrellas», declara el v. 3.
Una visita al zoológico nos muestra la
gran diversidad de animales que Dios creó. Al leer los vv. 7 y 10, damos gracias
a Dios por las criaturas marinas, los animales salvajes, los insectos y las
aves.
Y las alabanzas que los niños cantan
sin inhibiciones a Dios simbolizan la verdad de que todos los habitantes de la
Tierra deben elevar sus voces para honrar a nuestro Creador (vv. 11-13).
Estrellas, animales y niños: «Alaben el
nombre del Señor, porque sólo su nombre es enaltecido…» (v. 13). Unámonos para
expresar nuestro agradecimiento por su creación. «¡Alabado sea el Señor!»