Descubrí rápidamente que un muchachito que
citaba un versículo en una actividad infantil de la iglesia no sabía mucho de
la Biblia. Estaba recitando Efesios 6:17 del estudio sobre la armadura
espiritual: «Y tomad […] la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios».
Cuando trató de citar la referencia, dijo:
«Pensé que no era necesario memorizar los números porque son solo el horario
del día». ¡Supuso que eso significaba la referencia porque eran cerca de la
6:17 de la tarde! Entonces, sonreí, abrí mi Biblia y le mostré que los números
indicaban el capítulo y el versículo.
Aunque saber la referencia bíblica es útil,
lo que realmente importa es guardar la Palabra de Dios en nuestro corazón
(Salmo 119:11). Memorizar las Escrituras nos permite tenerla en mente para
protegernos de los ataques del diablo (Efesios 6:10-18). Por ejemplo, cuando
Satanás tentó a Jesús en el desierto, el Señor lo resistió citando el Antiguo
Testamento (Mateo 4:1-11). Asimismo, cuando nosotros somos tentados a
desobedecer a Dios, podemos recordar lo que aprendimos y hacer lo que Él nos
manda. Además, podemos compartir con otros las enseñanzas de la Biblia para
instarlos a que también crean en Cristo.
Independientemente de la hora del día,
siempre debemos llevar con nosotros la armadura de la Palabra de Dios.
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Ningún mal puede penetrar la armadura de Dios. (RBC)