Cerca de uno de los sitios más
majestuosos de la naturaleza creada por Dios, hay un jardín botánico de una
belleza asombrosa. Del lado canadiense de las Cataratas del Niágara, se
encuentra el Floral Showhouse. En el invernadero, hay una gran variedad de
flores hermosas y de plantas exóticas. Además de la flora que nosotros observamos,
algo nos llamó la atención: las palabras de una placa.
Dice: «Entren, amigos, y vean la
agradable obra de Dios, el bordado de la tierra». ¡Qué forma tan maravillosa de
describir la manera en que nuestro Creador favoreció este planeta con una belleza
tan sorprendente!
El «bordado de la tierra» incluye
toques divinos tan diversos como las verdes selvas tropicales de Brasil, la
fría hermosura de los glaciares del Círculo Ártico, los campos rebosantes de
trigo de las llanuras de América del Norte y las amplias extensiones del fértil
Serengueti en África. Estas regiones, como las descritas en Isaías 41, nos
invitan a alabar a Dios por Su obra creadora.
Las Escrituras también nos recuerdan
que cada planta forma parte de la obra de Dios. Desde la rosa (Isaías 35:1)
hasta el lirio (Mateo 6:28), el arrayán, el ciprés y el pino (Isaías 41:19-20),
Dios colorea nuestro mundo con un esplendoroso despliegue de belleza. Disfruta
de tal maravilla y dedica un tiempo para alabar al Señor por el «bordado de la
tierra».
La creación está llena de marcas que señalan al Creador. (RBC)