Un amigo nuestro es experto en informática.
Una noche, cuando nuestra familia fue de visita a su casa, observé un versículo
bíblico pegado en el monitor de su computadora: «Hice pacto con mis ojos…» (Job
31:1). Evidentemente, entendía el potencial peligro de pasar horas a solas
delante de un ordenador con fácil acceso a imágenes indecentes.
El «recordatorio del versículo» de nuestro
amigo es una cita de Job, y sigue así: «¿Cómo, pues, había yo de mirar a una
virgen?». Como muchos de nosotros, Job se había comprometido a mantenerse
alejado de la lujuria. Al reflexionar en esa promesa, dijo: «¿No ve [Dios] mis
caminos, y cuenta todos mis pasos?» (v. 4). La Biblia nos asegura que lo hace
(Hebreos 4:13) y que somos responsables delante de Él. Por esta razón, los
creyentes deben apartarse «de fornicación» (1 Tesalonicenses 4:3). Aunque
algunos desean debatir sobre cuáles son los límites de la inmoralidad, la
Biblia dice: «… cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró
con ella en su corazón» (Mateo 5:28).
Si has hecho un pacto con tus ojos, considera
cómo pueden las Escrituras ayudarte a cumplir tu promesa. Pega un versículo en
el monitor de tu computador, en el televisor o en el tablero de tu automóvil, y
recuerda: «… no nos ha llamado Dios a inmundicia», sino a santidad (1
Tesalonicenses 4:7).
Una mirada que se
prolonga puede generar pasiones descontroladas. (RBC)