Cuando 33 mineros quedaron atrapados bajo la
tierra en lo profundo de una mina en Chile, me pregunto si se habrán sentido
totalmente perdidos y condenados a una muerte lenta y dolorosa. ¡Imagina la
alegría que habrán sentido cuando recibieron un mensaje del exterior diciendo
que sabían exactamente dónde estaban y que ya había empezado el proceso para
rescatarlos!
Hay momentos en la vida cuando nos sentimos
atrapados en un lugar realmente malo. Ansiosos y completamente solos, nos
desesperamos al pensar que no tenemos salida y que nadie comprende en qué
situación se encuentra nuestra vida. Pero, en esos momentos, debemos recordar
las consoladoras palabras de Dios a los primeros cristianos que estaban
atrapados en un mundo donde la presencia de Satanás dominaba a todos los que
los rodeaban: «Yo conozco […] dónde moras» (Apocalipsis 2:13). La situación de
ellos no había pasado desapercibida para su Padre celestial. Si permanecían
fieles a Él, el Señor los sostendría hasta el momento de rescatarlos y
llevarlos a salvo al hogar celestial (v. 17).
La realidad de que Dios sabe dónde estás y de
que es plenamente consciente de la situación difícil en que te encuentras
brinda la confianza y la fortaleza necesarias para vivir para su gloria. Así
que, cobra ánimo. Recuerda las palabras consoladoras del Señor. ¡La ayuda está
en camino!
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Nuestra mayor
esperanza aquí abajo es la ayuda de Dios desde arriba. (RBC)
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