Después de que le diagnosticaran un
cáncer terminal, Randy Pausch, de 47 años, regresó a la Universidad Carnegie
Mellon para dar su último discurso a colegas, alumnos y amigos. El profesor de
informática pensó que tal vez asistirían unas 150 personas; sin embargo, el
auditorio para 400 estaba repleto. Durante una hora, Randy les abrió su corazón
con una despedida humorística, profunda y conmovedora, más centrada en la vida
que en la muerte. A las pocas semanas, millones de personas habían visto por
Internet el video de la conferencia, que luego se convirtió en un best seller.
Por lo general, quienes enfrentan la muerte tienen una perspectiva inusualmente
clara de lo que de verdad importa en la vida.
La despedida final del apóstol Pablo ha
inspirado a innumerables seguidores de Cristo a través de los siglos. Escribió:
«El tiempo de mi partida está cercano. He peleado la buena batalla, he acabado
la carrera, he guardado la fe» (2 Timoteo 4:6-7). Su consejo a Timoteo se
extiende más allá del tiempo para desafiarnos también a nosotros. La carta
comienza y termina con la gracia de Dios (1:2; 4:22), mientras que su contenido
es una celebración por la incesante fidelidad del Señor.
Un mensaje de los moribundos puede dar
sentido a los vivientes. El final triunfante de Pablo, «A él sea gloria por los
siglos de los siglos» (4:18), es un mensaje que puede incentivarnos a todos en
esta vida.
Si estamos preparados para morir, lo estamos para vivir. (RBC)