Me resulta un poco contradictorio que
Jesús, que era tan afectuoso en algunas ocasiones (Mateo 19:13-15), llamara
necias a algunas personas. Sin embargo, tal como lo registran los Evangelios en
varias oportunidades, nuestro Señor usó este término despectivo para describir
a aquellos de quienes hablaba; en especial, los fariseos (ver Mateo 23:17-19;
Lucas 11:39-40).
Jesús también usó la palabra necio en
una parábola, después de advertirle a un hombre sobre el peligro de la codicia
(Lucas 12:13-21). Lo que lo hizo necio no fue edificar graneros más grandes
para almacenar su abundante cosecha (vv. 16-18). Habría sido más insensato que
la dejara en el campo donde las inclemencias del tiempo la arruinarían. Tampoco
fue necio por pensar que esa producción inesperada le duraría un largo tiempo
(v. 19). Después de todo, se nos insta a seguir el ejemplo de la hormiga,
porque «almacena» lo cosechado (Proverbios 6:6-8 nvi).
¿Por qué era necio aquel hombre? Porque
había dejado a Dios fuera del cuadro. Se lo llamó necio porque no se daba
cuenta de que su vida estaba en las manos del Señor. Mientras planificaba
cuidadosamente para disfrutar una vida confortable en la tierra, no proyectaba
para la eternidad ni almacenaba tesoros en el cielo (Mateo 6:20).
¿Está Dios en tus planes para el
futuro? Sin duda, no querrás que, al final, Él te llame necio.
«No es ningún necio el que da lo que no puede guardar para ganar lo que no puede perder» (J.E.) RBC