Hace 57 años, el
asesinato del presidente de los Estados Unidos John F. Kennedy dejó pasmado al
mundo entero. El día después de que le dispararon, un artículo del periódico
londinense The Times habló de las repercusiones del hecho en los mercados financieros
en todo el planeta. Se titulaba: «Todos los otros eventos quedaron relegados
por la tragedia en los Estados Unidos».
Hay momentos en
nuestra vida cuando una muerte, una tragedia o un repentino giro de los
acontecimientos eclipsan todo lo demás. Le sucedió a una joven soltera a quien
se le dijo que se convertiría en la madre del Mesías prometido, el Hijo de Dios
(Lucas 1:26- 33). Cuando preguntó en qué momento ocurriría, el ángel Gabriel
declaró: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá
con su sombra» (v. 35).
La imposibilidad en
la vida de María no fue cubierta por la oscuridad, sino por la brillantez de la
gloria y el poder de Dios. Su respuesta sigue dejándonos asombrados: «Hágase
conmigo conforme a tu palabra» (v. 38).
En Diciembre, mientras volvemos a leer la historia de la Navidad y pensamos en el nacimiento de Jesús en nuestro mundo, vale la pena reflexionar en la palabra cubrirá, ya que habla de una manera sumamente poderosa de la presencia del Señor en nuestro corazón y su capacidad de hacer relumbrar los momentos más oscuros.
En toda situación, el amor y el poder de Dios nos cubren. (RBC)