Los
investigadores en medicina trabajan incansablemente para encontrar una cura
para el cáncer, una pista sobre el misterio del Mal de Alzheimer y alguna forma
de acabar con una hueste de debilitantes enfermedades. Pero ¿qué pasaría si te
despertaras y leyeras una noticia que dice: ¡LA MUERTE HA SIDO DERROTADA!? ¿Lo
creerías? ¿Podrías creerlo?
El
Nuevo Testamento proclama que, para el creyente en Cristo, la muerte
verdaderamente ha sido destruida, se volvió inactiva y ya no es capaz de hacer
lo que hacía antes. «Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción,
y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra
que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria» (1 Corintios 15:54).
Esta buena noticia es para todos los que la
reciban, tal como el ángel les dijo a los pastores cuando Jesús nació. «No
temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el
pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO
el Señor» (Lucas 2:10-11).
El nacimiento de Jesús fue el principio del
final de la muerte. «… el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del
pecado, la ley. Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio
de nuestro Señor Jesucristo» (1 Corintios 15:56-57).
¡Por esta razón, celebramos la Navidad!
El nacimiento de
Cristo trajo a Dios al hombre; Su cruz lleva el hombre a Dios. (RBC)