El Salmo 107 describe maravillosamente la
forma en que Dios permite que las tormentas se crucen en nuestro camino, para
luego brindarnos ayuda para navegar en medio de ellas: «Porque habló, e hizo
levantar un viento tempestuoso […]. Y los libra de sus aflicciones» (Salmo
107:25, 28).
Confiar en Dios en tiempos de dificultad es
un tema bíblico. Hebreos 11 menciona a muchos que utilizaron sus problemas como
una oportunidad para ejercitar la fe y experimentar la gracia, la provisión y
la liberación divinas: «… por fe conquistaron reinos, hicieron justicia,
alcanzaron promesas, taparon bocas de leones, apagaron fuegos impetuosos,
evitaron filo de espada, sacaron fuerzas de debilidad» (vv. 33-34).
Las circunstancias tormentosas son
inevitables. Aunque nuestra primera reacción quizá sea huir del problema, en su
lugar, podríamos pedirle a Dios que nos enseñe a confiar en Él para navegar en
medio de la tormenta.
Es mejor atravesar la
tormenta con Dios que navegar tranquilos sin Él. (RBC)