La hija de mi amigo Jeff le pidió
que oficiara su boda. Sería un gran gozo viajar a un lugar exótico y romántico
para la ceremonia. Pero había un problema importante: como la fiesta sería muy
pequeña, Jeff tendría que desempeñar tres papeles diferentes que podrían entrar
en conflicto. ¡Sería el pastor que los casara, el padre de la novia y el
fotógrafo de la boda!
¿Alguna vez sentiste como si tuvieras
demasiadas cosas para hacer? Jetro pensó que su yerno Moisés estaba así (Éxodo
18). Guiar a los israelitas, arbitrar en disputas personales y emitir juicios
para una gran multitud lo estaban agotando. Finalmente, Jetro se dirigió a
Moisés y le dijo: «… el trabajo es demasiado pesado para ti; no podrás hacerlo
tú solo» (v. 18). Sabiamente, le aconsejó que delegara litigios menores a otros
consejeros y que se ocupara personalmente de los más conflictivos (v. 22).
Independientemente de que seas una
madre con hijos pequeños, un atareado ejecutivo de negocios o un voluntario de
una iglesia con demasiado trabajo, puedes aprender también una lección de
Moisés. ¿Por qué no meditas en oración si hay alguna tarea que puedas
delegarles a otros o incluso dejar de hacerla, para que no desfallezcas?
Si no nos apartamos y descansamos un poco, ¡tal vez nos junten por partes! (RBC)