Wooden practicaba la fe cristiana y un
interés genuino por los demás, en un entorno sumamente obsesionado con ganar.
En su autobiografía, They Call Me Coach [Me llaman entrenador], escribió:
«Siempre traté de dejar claro que el baloncesto no es lo más significativo. Su
importancia es menor en comparación con la extensión de nuestra vida. Hay una
sola clase de vida que realmente triunfa: la que pone su fe en las manos del
Salvador. Hasta que no lo hagamos, andaremos por un sendero circular sin
objetivos que no va a ninguna parte».
John Wooden honraba a Dios en todo lo que
hacía, y su ejemplo nos desafía a hacer lo mismo. Jesús declaró: «Así alumbre
vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y
glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos» (Mateo 5:16).
Alumbra con tu luz,
ya sea que lo hagas como una vela en un rincón o un faro sobre una colina.
(RBC)