Cuando uno está a cargo de alimentar con un
presupuesto ajustado a 30 niños hambrientos, ¡esto es muchísimo! Su nota iba
acompañada de este versículo de 1 Corintios 16:34: «Dad gracias al señor,
porque Él es bueno; porque para siempre es su misericordia» (lbla).
Año
tras año, Marcia confía en la provisión de Dios para los niños y el personal de
su escuela. Nunca tiene mucho de nada, sea agua, comida o artículos escolares.
Sin embargo, siempre está agradecida por lo que el Señor le envía, y continúa
creyendo fielmente en que Él seguirá proveyendo.
Al comenzar el nuevo año, ¿tenemos fe en que
Dios proveerá? Si es así, estamos creyendo en las palabras de nuestro Salvador:
«No os afanéis por vuestra vida […]. Así que, no os afanéis por el día de
mañana» (Mateo 6:25, 34).
«La preocupación no
le quita la tristeza al mañana; le quita al hoy su fortaleza». Corrie ten Boom
(RBC)