En el sitio de Internet FlightAware
[Rastreo de vuelo], Catalina verificaba el progreso del pequeño avión que su
esposo pilotaba hacia Chicago. Con algunos clics, podía rastrear cuándo
despegaba, dónde estaba durante el vuelo y la hora exacta en que aterrizaría.
Unas décadas antes, cuando Carlos era piloto en África Occidental, el único
contacto que tenía ella era una radio de alta frecuencia. Recuerda una ocasión
cuando pasaron tres días antes de que pudiera contactarse con él. No tenía
manera de saber si estaba a salvo ni de enterarse de que no había podido volar
porque el avión tenía un desperfecto.
Sin embargo, Dios siempre estaba al
tanto de la ubicación de Carlos y lo que estaba haciendo, tal como lo hace con
nosotros (Job 34:21). Nada está fuera de su vista (Hebreos 4:13); conoce
nuestros pensamientos y nuestras palabras (1 Crónicas 28:9; Salmo 139:4), y
sabe qué sucederá en el futuro (Isaías 46:10).
Dios sabe todo (1 Juan 3:20), y nos
conoce a ti y a mí íntimamente (Salmo 139:1-10). Es consciente de cada
tentación, cada corazón quebrantado, cada enfermedad, cada preocupación, cada
tristeza que enfrentamos.
Qué consuelo nos da experimentar el
cuidado de parte de Aquel de quien se dice: «¡Oh profundidad de las riquezas de
la sabiduría y de la ciencia de Dios!» (Romanos 11:33).