A pesar de todo, Galarraga permaneció tranquilo, comprendió la situación del árbitro y nunca lo criticó. Que Armando se negara a vengarse asombró a todos: aficionados, jugadores y periodistas deportivos.
Si insistimos en que nos traten justamente, podemos enojarnos y frustrarnos. Pero cuando nos aferremos a la sabiduría bíblica, procuraremos el bienestar de los demás. Proverbios nos convoca «para entender sabiduría y doctrina, para conocer razones prudentes, para recibir el consejo de prudencia, justicia, juicio y equidad» (1:2-3). Oswald Chambers dijo respecto a nuestro trato personal con los demás: «Nunca busques justicia, pero nunca dejes de aplicarla; y nunca permitas que nada que enfrentes amargue tu interacción con los hombres por medio de Jesucristo».
Como seguidores de Cristo, cuando experimentamos injusticias, tenemos el privilegio y la responsabilidad de responder con honestidad e integridad, haciendo lo recto, justo y correcto.
La vida no es justa, pero Dios es siempre fiel. (RBC)