Hace poco, escuché el audio de un libro de un
militante defensor del ateísmo. Mientras el propio autor leía su obra con un
sarcasmo y un desprecio maliciosos, esa actitud hizo que me preguntara por qué
estaba tan enojado.
La Biblia nos dice que rechazar a Dios puede,
en verdad, llevar a una actitud de más odio hacia Él: «Y como ellos no
aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para
[convertirse en…] aborrecedores de Dios…» (Romanos 1:28-30).
Darle las espaldas a Dios no lleva a ser
secularmente neutrales. En realidad, los militantes ateos del día de hoy han
mostrado su deseo de quitar de la cultura toda referencia a un Creador.
Cuando oímos que los ateos tratan de sacar de
la sociedad las cruces y los Diez Mandamientos, es fácil reaccionar a su odio a
Dios odiándolos nosotros a ellos. Sin embargo, se nos exhorta a defender la
verdad con una actitud de amor: «que con mansedumbre corrija a los que se
oponen, por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer la
verdad» (2 Timoteo 2:25).
La próxima vez que veas las obras y oigas las
palabras de alguien que odia a Dios, evalúa tu actitud. Después, pídele al
Señor que te dé espíritu de humildad y ora para que el ofensor llegue al
conocimiento de la verdad.
Defiende la verdad
con amor. (RBC)