Jean Driscoll es una atleta maravillosa. Ganó
ocho veces la maratón de Boston. También participó en cuatro Juegos
Paralímpicos y ganó cinco medallas de oro. Jean compite en una silla de ruedas
porque nació con espina bífida.
Uno de los versículos bíblicos favoritos de
Driscoll es Daniel 7:9: «… se sentó un Anciano de días […]; su trono llama de
fuego, y las ruedas del mismo, fuego ardiente». Al ver una conexión entre la
visión que Daniel tuvo de Dios y su situación personal, ella puede transmitir
palabras de ánimo a otras personas. «Cada vez que tengo oportunidad de hablar
con alguien que está en silla de ruedas y se siente mal por eso, le digo: “No
solo estás hecho a la imagen de Dios, sino que ¡tu silla de ruedas está hecha a
la imagen de su trono!”».
Por supuesto que la visión de Daniel no
describe a Dios con problemas de motricidad. En realidad, algunos ven la «silla
de ruedas» del Señor como un símbolo de un Dios justo que se mueve en forma
soberana en medio de los asuntos de la humanidad. Otros pasajes hablan de la
providencia divina que brinda ayuda a aquellos que creen (Proverbios 3:25-26;
Mateo 20:29-34; Efesios 1:11).
La fe en Dios de Jean Driscoll la ha ayudado
a vencer sus dificultades personales. Nosotros también podemos confiar en que
el Santo y Sublime está cerca y dispuesto a ayudarnos si tan solo se lo pedimos
(Salmo 46).
«Con Dios por detrás
y con sus brazos por debajo, puedes enfrentar todo lo que esté por delante.»
—Ward (RBC)