Minnie y George Lacy se enfrentaron con
algunas preguntas: «¿Jesús es todo lo que necesitamos? ¿Nuestra relación con
Cristo es suficiente para sostenernos? ¿Él alcanzará para ayudarnos a querer
seguir viviendo? ¿Le importa lo que nos pasa?».
En 1904, siendo misioneros, la hija
menor de los Lacy se enfermó. Al poco tiempo, sus otros cinco hijos murieron de
escarlatina en un mismo año. En cartas enviadas a la organización misionera,
George escribió sobre su profunda soledad y tristeza: «A veces, nos parece que
no podemos soportar más». Sin embargo, más tarde, agregó: «El Señor está con
nosotros y nos ayuda de una manera maravillosa». En el momento más oscuro de su
vida, descubrieron que Jesús estaba cerca y que era suficiente para
consolarlos.
Muchos enfrentaremos situaciones en las
que nos preguntaremos si podemos seguir adelante. Si perdemos la salud, si nos
quedamos sin trabajo, si quedamos sin nuestros seres amados más cercanos,
¿nuestra relación con el Señor será lo suficientemente real como para
sostenernos en el camino de Dios?
El salmista nos recuerda que Dios está
presente y que es fiel (Salmo 30). En su profunda depresión, clamó: «Oye, oh
Señor, y ten misericordia de mí; Señor, sé tú mi ayudador» (v. 10). Dios lo
sanó y consoló (vv. 2-3).
Por creer en Jesús, nunca nos faltará
lo que necesitemos para perseverar. El Señor siempre estará cerca.