Hay un paralelo asombroso entre la lectura incorrecta de la brújula y la enseñanza bíblica falsa. En 1 Timoteo 1, Pablo advirtió contra las «fábulas y genealogías interminables» (v. 4), los cambios hechos por el hombre a la doctrina de la Palabra de Dios. Las personas que enseñan doctrinas falsas «naufragaron», concluye el apóstol (v. 19). Himeneo y Alejandro fueron dos personas que se opusieron a las Escrituras reemplazándolas por enseñanzas falsas, por lo cual, naufragaron espiritualmente (v. 20).
En la iglesia actual, la verdad bíblica es cuestionada y, en algunos casos, incluso reemplazada. Nuestras opiniones nunca deben sustituir la verdad de la Palabra de Dios. La Biblia, no los juicios erróneos del hombre sobre ella, es la guía final de nuestra conciencia para orientarnos en los mares cambiantes de la vida. Cuidado con las lecturas incorrectas.
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Sabiduría es: (1) conocer la verdad; (2) distinguir lo falso. (RBC)