Este puede ser un buen consejo para todos nosotros cuando la vida se complica: quedarnos cerca de nuestros amigos. Aunque Jesús es nuestro mejor amigo, también necesitamos permanecer en contacto con otros creyentes para que nos ayuden a sobrevivir en este mundo.
En su primera epístola, Pedro les escribía a creyentes que se necesitaban mutuamente porque estaban sufriendo por su fe. En unas breves frases, en el capítulo 4, mencionó la necesidad de recibir y de dar «ferviente amor», oraciones y hospitalidad (vv. 7-9). También incluyó la necesidad de que los creyentes usaran sus dones espirituales para el servicio unos a otros (v. 10). En otros pasajes, se nos insta a consolarnos mutuamente con el consuelo que Dios nos ha dado (2 Corintios 1:3-4) y a edificarnos en amor (1 Tesalonicenses 5:11).
Quedarnos cerca de amigos creyentes nos ayudará a permanecer cerca de Dios.
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Cuando la vida se dificulta y nos irritamos, quedarnos cerca de nuestros amigos nos ayudará a salir adelante. (RBC)