“Durante
decenas de años, cada vez que hacía un viaje largo llevaba un botiquín de
emergencia, pero nunca tuve que usarlo. Se convirtió en un elemento tan
habitual que, la noche que realmente lo necesité, no podía recordar dónde
estaba. Felizmente, mi esposa sí se acordaba.
Después
de atropellar un ciervo en una oscura carretera rural, nuestro vehículo quedó
completamente inutilizado. Mientras trataba de iluminar con una pequeña linterna,
y tanteaba para evaluar el daño y llamar una grúa, mi esposa abrió el botiquín
de emergencia, armó las balizas reflectoras y luego, para sorpresa mía,
encendió la brillante linterna. Tiempo después, hablábamos de cómo las crisis
pueden hacernos olvidar de los recursos que tenemos, justo cuando más los
necesitamos”. ( D.C.M.– escritor americano).
Pablo instó a los efesios a ponerse «toda la
armadura de Dios, para que [pudieran] estar firmes contra las asechanzas del
diablo» (Efesios 6:11). Esta cubierta de protección incluye la verdad, la
justicia, el apresto, la fe, la salvación y la oración (vv. 14-18). Aunque
estos recursos espirituales nos resguardan todos los días, debemos recordarlos
cuando sobrevienen los problemas y el enemigo trata de socavar nuestra
confianza en el amor y el cuidado de Dios.
Utiliza el botiquín. «… tomad toda la
armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado
todo, estar firmes» (v. 13).
Dios provee la
armadura, pero nosotros debemos usarla. (RBC)