«Echad de vosotros todas vuestras
transgresiones con que habéis pecado, y haceos un corazón nuevo y un espíritu
nuevo. ¿Por qué moriréis, casa de Israel? Porque no quiero la muerte del que
muere, dice Dios el Señor; convertíos, pues, y viviréis» (18:31-32).
Dios no nos pide que nos sintamos peor de lo
que ya lo hacemos por nuestros fracasos ni que nos esforcemos más para obedecer
sus mandamientos, sino que nos invita a recibir una fuente renovada de
motivación y poder: «un corazón nuevo y un espíritu nuevo» de parte de Él
(36:26-27).
Si sientes que te has alejado demasiado del
Señor y que te ha abandonado, es hora de que te aferres a la verdad. ¿Aceptarás
hoy la invitación del Padre? Él te dice: «Conviértete y vivirás».
Para disfrutar el
futuro, acepta el perdón de Dios por el pasado. (RBC)