En Lucas 9:57-62, encontramos
tres personas que le dijeron a Jesús que querían seguirlo, y todas recibieron
lo que, al parecer, fueron respuestas ásperas del Señor: «… el Hijo del Hombre
no tiene dónde recostar la cabeza» (v. 58). «Deja que los muertos entierren a
sus muertos» (v. 60). «Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia
atrás, es apto para el reino de Dios» (v. 62). En cada caso, Jesús declaró el
sacrificio y el compromiso requeridos para convertirse en sus discípulos.
Un hombre que admiro por ser un
consagrado y sensible seguidor de Cristo dice que los creyentes deben estar
«preparados para un compromiso y un cambio radicales». El Señor no solo nos
llama a ponernos en acción, sino también a tomar en serio el llamado y seguir
sus pasos.
Seguir a Jesús demanda todo de nuestra parte. (RBC)