Dicen que la única manera de deshacernos de
esta invasión insidiosa es reemplazándola con otra melodía: la canción
«limpiadora». Palabras nuevas y una melodía renovada pueden desalojar la
anterior.
Quizá podríamos usar también una canción
limpiadora para nuestros pensamientos. Cuando ideas pecaminosas o vengativas
nos invaden la mente, leer la Palabra de Dios y meditar en ella puede ayudarnos
a limpiar lo que pensamos.
Las Escrituras nos exhortan a amar al Señor
«con todo [nuestro] corazón, y con toda [nuestra] alma, y con toda [nuestra]
mente» (Mateo 22:37), y a «no [conformarnos] a este siglo, sino
[transformarnos] por medio de la renovación de [nuestro] entendimiento» (Romanos
12:2). Nos enseña a pensar en lo verdadero, honesto, justo, puro, amable,
admirable, excelente, digno de alabanza (Filipenses 4:8).
Cuando nuestra mente se desvía hacia lo malo,
el mejor «limpiador» es permitir que la sabiduría de la Biblia penetre nuestros
pensamientos y corazón (2 Timoteo 3:16).
El carácter es la
suma de todos nuestros pensamientos, palabras y acciones. (RBC)