La despedida final del apóstol Pablo ha
inspirado a innumerables seguidores de Cristo a través de los siglos. Escribió:
«El tiempo de mi partida está cercano. He peleado la buena batalla, he acabado
la carrera, he guardado la fe» (2 Timoteo 4:6-7). Su consejo a Timoteo se
extiende más allá del tiempo para desafiarnos también a nosotros. La carta
comienza y termina con la gracia de Dios (1:2; 4:22), mientras que su contenido
es una celebración por la incesante fidelidad del Señor.
Un mensaje de los moribundos puede dar
sentido a los vivientes. El final triunfante de Pablo, «A él sea gloria por los
siglos de los siglos» (4:18), es un mensaje que puede incentivarnos a todos en
esta vida.
Si estamos preparados
para morir, lo estamos para vivir. (RBC)