Gedeón respondió con suavidad durante un
enfrentamiento verbal con algunos israelitas (Jueces 8). Después que su
ejército derrotó a los madianitas, un grupo de conciudadanos lo criticó
duramente (v. 1). Estaban ofendidos porque no habían participado en la parte
más importante de la batalla. Gedeón no reaccionó con una respuesta áspera,
sino que les recordó que habían capturado y asesinado a los príncipes de
Madián. También honró a los hombres preguntándoles: «¿… qué he podido yo hacer
comparado con vosotros?». Finalmente, «el enojo de ellos contra él se aplacó,
luego que él habló esta palabra» (v. 3).
Con la ayuda del Señor, podemos aplacar las
situaciones caldeadas si controlamos nuestras palabras. Responder con
amabilidad y delicadeza a las personas enojadas puede fomentar la unidad.
Muérdete la lengua
antes de que esta despedace a los demás. (RBC)