Una vez que estuvieron en tierra, el piloto
fue de inmediato a hablar con el equipo de mantenimiento para informar lo
sucedido. Para su asombro, los mecánicos respondieron: «Ya conocemos del
problema y estamos listos para arreglarlo. Cuando sonó la alarma en la cabina
del avión, nosotros también recibimos automáticamente la advertencia».
Mientras me comentaba sobre este incidente,
no pude evitar compararlo con las palabras de Jesús sobre nuestro Padre
celestial: «… vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que
vosotros le pidáis» (Mateo 6:8). El Señor dijo esto para diferenciarlo de las
personas que creen que debemos usar «vanas repeticiones», ya que «piensan que
por su palabrería serán oídos» (v. 7). Jesús ratifica que Dios conoce a Sus
hijos y se interesa por ellos.
Aunque el Señor conoce nuestras necesidades,
aún desea que le contemos lo que tenemos en el corazón. Él está listo para
escuchar nuestra oración y, por Su gracia, reparar los daños que hayamos
experimentado.
La oración es la voz
de la fe que confía en que Dios sabe todo y se interesa. (RBC)