La Biblia da otro ejemplo de una asombrosa
estrategia de batalla. En Jueces 7, Dios hizo que Gedeón utilizara 300 hombres,
trompetas, cántaros y antorchas encendidas contra ejércitos que eran «como
langostas en multitud, y sus camellos eran innumerables» (v. 12).
¿Podría Israel derrotar a un enemigo tan
formidable? Humanamente, ¡imposible! No tenían ni mano de obra ni equipamiento
militar, pero sí contaban con algo que obraba a favor de ellos y que era lo
único que necesitaban: la promesa de Dios: «Con estos trescientos soldados voy
a salvarlos y les daré la victoria…» (v. 7 tla). ¿El resultado? ¡La victoria!
¿Estás enfrentando un desafío enorme? El
Señor ha señalado: «He aquí que yo soy el Señor, Dios de toda carne; ¿habrá
algo que sea difícil para mí?» (Jeremías 32:27).
Todo es posible con
Dios. (RBC)