Durante los dos años en que el Mayor
General Mark Graham comandó el Fuerte Carson, se hizo famoso y ganó el aprecio
de la gente por su manera de tratar a los demás. Un colega del ejército dijo:
“Nunca conocí ningún otro oficial general que fuera tan compasivo y que se
preocupara tanto por el bienestar de los soldados y de sus familiares”. Después
de perder a un hijo por suicidio y a otro durante la guerra, Mark y su esposa
Carol se dedicaron a ayudar a los soldados y a sus parientes a enfrentar el
estrés, la depresión y las pérdidas relacionados con el servicio militar.
En el libro de los Hechos, un seguidor
de Cristo era famoso por su intervés y preocupación por los demás. Se llamaba
José, pero, en la iglesia primitiva, los apóstoles lo llamaban
Bernabé, “Hijo de consolación”. Este fue el que respondió por el
recientemente convertido Saulo, cuando los demás dudaban de la sinceridad de su
fe (Hechos 9:26-27). Tiempo después, Bernabé llevó a Saulo desde Tarso a
Antioquía, para que les enseñara a los creyentes (11:25-26). Y también fue el
que quiso darle a Juan Marcos una segunda oportunidad, después de que este
fracasara en un viaje misionero anterior (15:36-38).
La compasión es un sentimiento interior
que genera una acción externa. Debería ser nuestro uniforme de servicio todos
los días (Colosenses 3:12). Quiera Dios que, por Su gracia, seamos conocidos
por esta cualidad.