Mientras observaba a la gente tratando de hacer que el tazón cantara, me sorprendió que nadie se molestara en leer las instrucciones sobre moverlo delicadamente. Impacientes por conseguir que sonara, esas personas seguían intentando hacer lo que se les ocurría. Al rato, se iban frustrados y decepcionados, como si el tazón tuviera algún defecto.
Me pregunto cuántas veces nos frustramos porque la vida no anda como esperamos. Seguimos tratando de hacer lo que nos parece correcto, pero todo continúa saliendo mal. En vez de seguir las instrucciones de la Palabra de Dios, intentamos una y otra vez salir adelante como a nosotros nos parece.
El tazón cantor nos recuerda que no podemos esperar que nos vaya bien si ignoramos las instrucciones del Diseñador (Deuteronomio 4:40). La desobediencia divide a las personas entre sí y nos separa de Dios. Para cumplir Su plan para este mundo y dar a conocer el camino para la salvación (Salmo 67:2), debemos seguir Sus indicaciones sobre cómo vivir y trabajar juntos y en paz. Cuando la vida no anda bien, es probable que hayamos dejado de seguir el plan de Dios.
La vida es una canción hermosa que Dios está enseñándonos a interpretar. (RBC)