Se asemeja a lo que Dios le preguntó a Moisés en la zarza ardiente. Este hombre estaba preocupado, y al ser consciente de su propia debilidad, expresó su temor en cuanto al llamado del Señor para que liberara al pueblo de Israel de la esclavitud. Entonces, el Señor simplemente le preguntó: «¿Qué es eso que tienes en tu mano?» (Éxodo 4:2). Dios hizo que Moisés dejara de preocuparse particularmente por el futuro y le sugirió que observara lo que tenía justo delante de él: la vara de un pastor. El Señor le mostró que podría usar esa simple caña para realizar milagros, como una señal para las personas incrédulas. A medida que crecía la confianza de Moisés en Dios, así también aumentaba la magnitud de las maravillas que el Señor hacía por medio de Su siervo.
¿Piensas demasiado en los fracasos del pasado? Recuerda la pregunta del Señor: «¿Qué es eso que tienes en tu mano?». ¿Qué circunstancias y vínculos presentes puede Él utilizar para tu beneficio y para Su gloria? Coloca estas cosas —y tu vida— en manos de Dios.
No puedes cambiar el pasado, pero arruinarás el presente si te preocupas por el futuro. (RBC)