La capacidad de ver más allá de nuestras
desilusiones es esencial para los seguidores de Cristo. Nuestro enfoque
determina la manera de enfrentar las victorias y las derrotas de la vida. «Si,
pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está
Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no
en las de la tierra» (Colosenses 3:1-2). Esta forma de pensar mira a Cristo en
vez de enfocarse en los logros, para hallar sentido y aprobación. Lo buscamos a
Él, no el éxito.
Cuando procuramos la excelencia y nos
esforzamos al máximo, perder duele, pero eso no debe dañarnos. La clave está en
dónde ponemos la mente y el corazón.
Si Dios es el centro
de tu mirada, el resto está en la perspectiva correcta. (RBC)