Cuando nuestro mundo es sacudido por acontecimientos
trágicos y actos malvados, anhelamos el día cuando el mal sea finalmente
destruido, Dios ponga fin a la historia y establezca su reino. No obstante,
hasta entonces, el Señor nos da su gracia para que vivamos con fe y propósito
mientras esperamos su venida. En Hebreos 10, se nos insta a acercarnos a Dios
con corazones sinceros (v. 22), asirnos de la esperanza que profesamos (v.
23), estimularnos mutuamente al amor y las buenas obras (v. 24) y seguir
reuniéndonos para alentarnos, «tanto más, cuanto [vemos] que aquel día se
acerca» (v. 25).
Hasta que Dios extinga para siempre las
llamas del mal, nos da su gracia y fortaleza para soportar las pruebas de la
vida, mientras aguardamos con ansia su regreso.
Dios – Su gracia y fortaleza para suportar lãs pruebas de
La vida. (RBC)