El
evangelio de Marcos describe la impresionante lección que los discípulos
aprendieron sobre quién es Jesús y lo que puede hacer. Mientras ellos trataban
desesperadamente de impedir que el bote se hundiera, Jesús dormía. ¿No le
importaba que estuvieran todos a punto de morir? (v. 38). Después que Jesús
calmó la tormenta (v. 39), les hizo esta aguda pregunta: «¿Por qué estáis así
amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe?» (v. 40). Entonces, el temor en ellos
aumentó, y se gritaban unos a otros: «¿Quién es éste, que aun el viento y el
mar le obedecen?» (v. 41).
Nosotros
podríamos ubicarnos en esta historia y descubrir, tal como lo hicieron los
discípulos de Jesús, que Él revela su presencia, compasión y control en todas
las tormentas de la vida.